El Gobierno Británico ha anunciado nuevos requisitos para las entradas a Inglaterra a partir del 6 de abril.
Desde ese día se exigirá prueba negativa de COVID-19 para los transportistas que lleguen a Inglaterra y permanezcan más de 2 días. Después, los transportistas que permanezcan en el país deberán realizar una prueba adicional cada tres días.
Los transportistas podrán acceder a las pruebas en uno de los muchos sitios de información y asesoramiento del gobierno, que brindan tests gratuitos de COVID-19 a los transportistas. También podrán realizar los tests con proveedores privados con coste asociado.
Los transportistas que den positivo de COVID-19, deberán automáticamente dirigirse a los hoteles proporcionados por el Gobierno Británico para aislarse, sin costo para el transportista. El conductor será puesto en cuarentena durante 10 días de acuerdo con los requisitos de las autoridades del Reino Unido.
En los sitios de información y asesoramiento, los transportistas recibirán una carta/justificación que indique la hora y la fecha de la prueba, el día de la prueba (es decir, segundo, quinto u octavo día) y algunos datos personales que puedan usarse como evidencia en caso de que un oficial se lo requiera.
Salir del camión solo para lo imprescindible
También se introducirán nuevos requisitos legales para limitar el contacto entre la comunidad y los transportistas internacionales junto con las pruebas de los transportistas entrantes.
Todos los transportistas que lleguen al país ahora deberán aislarse en sus cabinas durante el tiempo que estén en Inglaterra, saliendo solo por razones específicas como comprar comida, usar el baño o realizar ejercicio limitado, entre otras razones. Estos requisitos para los transportistas se aplicarán durante los 10 días desde la llegada a Inglaterra.
Los transportistas estarán sujetos a un seguimiento regular a su llegada a Inglaterra. Cualquier persona que ingrese al Reino Unido y se descubra que no cumple con los nuevos requisitos y autoaislamiento podría enfrentar multas de hasta £ 1.000.
El Gobierno confía en que el nuevo régimen de pruebas de entrada no tendrá un impacto negativo en el libre flujo de mercancías o en los transportistas encargados de entregarlas.