El ministro del Interior francés, Manuel Valls, ha anunciado el aplazamiento sin fecha de la entrada en vigor del decreto que sanciona el hecho de no llevar un etilómetro a bordo.
Por lo tanto, las autoridades francesas lo seguirán exigiendo aunque no se sancionará.
Este aplazamiento sin fecha, se debe a varios factores.
Por un lado, la demanda por parte de los conductores tanto franceses como de los países limítrofes, unida a la limitada capacidad de producción por parte de los fabricantes de dichos aparatos y a los abusos cometidos por algunos establecimientos, que llegaron a quintuplicar los precios de venta de los etilómetros debido a su escasez, han dificultado la entrada en vigor de la normativa anunciada desde el Elíseo.
A esto se suma la escasa fiabilidad de alguno de los aparatos que se vendían en el mercado. Se ha considerado que las trabas son demasiadas como para instaurar definitivamente la norma, por lo que su implantación ha quedado aplazada “sine die”.