El Gobierno anunció en la rueda de prensa celebrada tras el Consejo de Ministros del pasado viernes 7 de noviembre, que el Gobierno ha aprobado una subvención por valor de 4,7 millones de euros para el achatarramiento de autobuses y “vehículos de transporte de mercancías con capacidad de tracción propia de más de 3,5 toneladas de masa máxima autorizada, con una antigüedad mayor de ocho años”.
Sáenz de Santamaría ha explicó que con esta medida, el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy pretende enviar al desguace a “alrededor de 2.000 vehículos pesados” y rejuvenecer de este modo un parque que, según sus propias palabras, se encuentra “muy envejecido”.
Aunque la referencia del primer Consejo de Ministros de noviembre incluye esta línea de ayudas en lo que el Gobierno denomina “Plan de Impulso al Medio Ambiente en el Sector Transporte, PIMA Transporte”, lo cierto es que la cuantía de la subvención aprobada hoy -menos de cinco millones de euros- queda muy lejos de los 400 millones que, según la titular de Fomento, Ana Pastor, aportarán en breve y a partes iguales el Banco Europeo de Inversiones y la banca comercial para fomentar la adquisición de nuevos vehículos pesados.
Sin embargo, el gabinete interministerial reunido en el palacio de La Moncloa sí ha aprobado una línea de subvenciones de 9,6 millones de euros para financiar el Plan de Impulso al Medio Ambiente, PIMA Aire 4, que contempla “la concesión directa de ayudas para la adquisición de (entre otros) vehículos comerciales”.
En palabras de la vicepresidenta, el PIMA Aire 4 incentivará la adquisición de vehículos comerciales nuevos por parte de pequeñas y medianas empresas, que, según los cálculos que maneja el Gobierno, podrían llegar a matricular hasta “7.500 unidades nuevas”.