La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confirmó el pasado miércoles 27 de junio en el Congreso que su departamento estudia una «fiscalidad medioambiental». La medida más llamativa de esta propuesta fiscal es elevar el impuesto especial que grava el gasóleo hasta igualarlo con el de la gasolina, lo que, en principio, acabará con la brecha de precio entre ambos tipos de combustibles.
Esta medida proporcionará una recaudación adicional de 2.140 millones de euros al final del proceso de implantación, ya que tienen la intención de aplicarlo de forma progresiva para pasar de los 30,70 céntimos por litro actual de impuesto del gasóleo de automoción a los 40,25 céntimos por litro con los que se grava la gasolina.
El aumento del impuesto especial que grava el gasóleo hasta igualarlo al de la gasolina, elevaría el precio del diésel en unos 9,55 céntimos más por litro.
FROET acompaña a CETM en la manifestación de hartazgo en los planteamientos que se hacen desde el Gobierno, de forma periódica, de puesta en marcha de nuevos impuestos que afectan a la actividad del transporte de mercancías por carretera y que sin duda también repercutirían de forma negativa en el conjunto de la economía española.
En nuestra opinión, es difícil de entender por qué el Gobierno se empeña en poner en marcha políticas fiscales que se ceban sobre un sector de actividad, como es el del transporte de mercancías por carretera que, no solo es un importante generador de riqueza y empleo, sino que además juega un papel estratégico como engranaje para el correcto funcionamiento de la industria, el turismo y el comercio, por citar solamente aquellos ejemplos con mayor peso en el PIB español.
Consecuentemente, en nuestra opinión, poner barreras fiscales al desarrollo del transporte de mercancías por carretera que, paradójicamente, ya es uno de los sectores de actividad que mayores cargas impositivas soporta, es una imprudencia que la economía Española no puede permitirse ni este sector aceptar.
Seguiremos reclamando al Gobierno un trato equilibrado y justo que facilite al sector del transporte por carretera continuar prestando a la sociedad española y europea un servicio de calidad, flexible, puntual y sostenible que logra que el 85% de los productos que cada día consumimos llegue a su destino de forma eficaz y a costes competitivos.