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«El Mediador» por Manuel Perezcarro Martín

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que es de esta forma tan larga como se denomina ahora el antiguo Ministerio de Fomento, quizás y siendo mal pensado, para ampliar el número de cargos a ofrecer a los amigos, ha propuesto en la primera reunión de la mesa tripartita – de la que forman parte transportistas, cargadores y el propio Ministerio, constituida para abordar y solucionar los problemas planteados por el sector del transporte de mercancías por carretera y que fueron el motivo de la convocatoria de un paro nacional – el nombramiento de un mediador que intervenga en las negociaciones entre transportistas y cargadores, cuyas posturas parecen inconciliables respecto de determinados asuntos como son la carga y descarga de los camiones por parte de los conductores y la ampliación de las masas y dimensiones de los vehículos.

Parece que el Ministerio ya había hablado de este tema con los cargadores, pues cuando presentó la propuesta de que fuese Juan Miguel Sánchez, antiguo Director General de Transportes, la representación de los cargadores lo aceptó sin parpadear.

 

Nombrar un mediador en estas conversaciones supone para el ministerio quitarse de en medio en este incómodo asunto y endosar el muerto.

 

La figura de Juan Miguel es de sobra conocida y goza de la simpatía y el respeto de los transportistas, así que el Ministerio debió de pensar que sería aceptado de buena gana por estos.

Pero se equivocó. Nombrar un mediador en estas conversaciones supone para el ministerio quitarse de en medio en este incómodo asunto y endosar el muerto, que sabe tiene encima, a la figura de un mediador esperando, con las conclusiones que éste le traslade, tomar las decisiones oportunas sin implicarse ni quemarse.

La estrategia estaba bien concebida, les ofrecemos a los transportistas un mediador que no podrán rechazar y que se entiendan ellos. Pero no, el Comité Nacional no ha rechazado a Juan Miguel Sánchez como publican algunos voceros porque esté a favor de las 44 toneladas, ha rechazado la intervención de un mediador, porque éste es un problema que tiene que resolver la administración y es ella la que tiene que implicarse que, además, era lo acordado.

El Ministerio tiene que conocer, de primera mano, los problemas tal y como los vive el transportista, no que se lo cuenten. Que escuche también los argumentos de los cargadores, pero que conozca los efectos para el sector del transporte de lo que estos demandan.

Lo que el transportista ha pedido está claro. No se trata ahora de cambiar cromos, yo te doy esto si tú me das lo otro. Se trata de justicia y hacer desaparecer los abusos a los que el transportista se ve sometido en el ejercicio de su profesión.

Cuando esto se haya solucionado, se podrá hablar y negociar sobre otros temas. De momento, ahora, la modificación de pesos y dimensiones, no toca.

 

Manuel Pérezcarro Martín | Secretario General FROET

—– Artículo publicado en la Revista FROET En Ruta nº 258 | OCTUBRE 2020 —–

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