Los ministros de Industria de la Unión Europea han llegado a un acuerdo para aplazar la entrada en vigor de la polémica normativa Euro 7 hasta 2027 para vehículos ligeros nuevos y hasta 2029 para camiones y autobuses. Esta decisión responde a las quejas tanto de la industria automovilística como de algunos países miembros, incluyendo a Rumanía.
La normativa Euro 7 tenía como objetivo la reducción de emisiones para automóviles, furgonetas y autobuses a partir de 2025. Sin embargo, la industria del automóvil y varios Estados miembros argumentaron que los estándares eran demasiado ambiciosos y que su implementación requeriría inversiones significativas y aumentaría los costes de producción de los vehículos.
El acuerdo alcanzado en el Consejo de Industria de la UE también suaviza las metas de emisiones originales propuestas por la Comisión Europea, estableciendo límites más cercanos a los de la normativa Euro 6 para turismos y furgonetas, aunque los vehículos pesados seguirán teniendo estándares más estrictos.
Euro 7, la norma que va más allá de la reducción de emisiones
La normativa Euro 7 abarca no solo las emisiones del motor, sino también otros componentes como los frenos y los neumáticos. También establece requisitos mínimos de durabilidad para las baterías de los vehículos eléctricos y promueve el uso de tecnologías avanzadas y herramientas de control de emisiones.
El presidente de la patronal europea de fabricantes de automóviles, Luca de Meo, advirtió que la implementación de la Euro 7 podría aumentar el precio de los vehículos en 2.000 euros por unidad y llevar al cierre de fábricas en Europa. Según los cálculos que arroja la automoción europea, adaptarse a la normativa costará entre 20.000 y 35.000 millones de euros.
La normativa Euro 7 ha sido objeto de controversia desde su propuesta, con algunos países miembros argumentando que alejaría a la industria de las inversiones necesarias para la transición hacia vehículos más limpios. Aunque la normativa busca reducir las emisiones contaminantes, la industria automovilística ha cuestionado la efectividad de la medida, afirmando que solo lograría una mejora marginal del 4% en las emisiones.