La escasez de conductores de autobús y autocar en Europa ha aumentado en un 54%, llegando a 105.000 puestos de trabajo sin cubrir, lo que representa el 10% del total de conductores profesionales. Esta tendencia está afectando gravemente al 80% de las empresas de transporte de viajeros en Europa, que tienen dificultades importantes para cubrir estos puestos de trabajo.
La creciente demanda de servicios de autobús y autocar post-COVID ha agravado el problema, especialmente en servicios regionales, viajes de larga distancia y autocares turísticos. Además, se pronostica que la escasez de conductores se duplicará en cinco años, alcanzando 275.000 puestos de trabajo sin cubrir para 2028.
Solo el 3% de los conductores tienen menos de 25 años, y el 16% son mujeres. Más de 1.2 millones de conductores se jubilarán en los próximos cinco a diez años, con una escasa entrada de nuevos conductores.
La IRU hace un llamamiento a las autoridades para facilitar el acceso a la profesión, reduciendo las edades mínimas para conducir y reduciendo los costes asociados. También aboga por permitir que conductores de terceros países ingresen a la profesión en Europa.
Esta crisis requiere acciones inmediatas para garantizar una cobertura adecuada de conductores y mantener los servicios de transporte público en funcionamiento en Europa.